miércoles, 10 de abril de 2013

Entre amigos


Llego de un viaje. Un viaje más. Un viaje que forma parte de mi trabajo y éste, se nutre en gran medida, de la curiosa faceta de las relaciones públicas. Una parte de mi sueldo lo recibo por sonreír, por ser amable, por dar conversación agradable... Dicho así suena a otra cosa, ¿no?  
Siempre con un objetivo, por supuesto, acabar vendiendo algo aunque sea a medio plazo. Son píldoras concentradas; 24 o 36 horas en las que das y también recibes lo mismo: sonrisas, gestos amables, agasajos, etc. Unos lo hacen mejor que otros, como en todas las profesiones... Es como ir con el piloto automático.
Pero, de repente, me doy cuenta de que la comida se ha acabado, estamos en los cafés (o en el poleo menta, en mi caso), los rayos de sol se cuelan por entre las nubes y a mis pies, bajo la pequeña colina croata se ven las barcas del diminuto pueblo de pescadores de Vinjerac. Y la sonrisa es franca, el gesto es amable de verdad y el tema es interesante. Se ha establecido una conexión con la que no contaba. Es algo fugaz, apenas un brote que no se sí madurará, pero podría ser que estuviera naciendo una amistad... A estas alturas :-)

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