jueves, 21 de febrero de 2013

Una experiencia muy útil

¿Y por qué no...?. ¿Cuántas veces hemos formulado esta frase y nos hemos planteado una idea nueva? ¿Y cuántas veces hemos desistido de ella, o ni siquiera la hemos tenido en cuenta un minuto después de pensarla, porque no hemos creído? ¿Porque no estábamos convencidos?

Acabo de leerme un libro cuya portadilla comienza así. No es un libro románico. Es un libro de empresa, lo cual queda muy claro en el párrafo siguiente que no he reproducido aquí. Sin embargo al acabarlo he pensado: "esto lo tengo que compartir en el blog" porque a través de su experiencia de vida, David González Castro, nos cuenta qué le ayudó a conseguir el éxito en lo que se propuso, en qué se equivocó y con qué se ha quedado de todo ello. En su caso fue una empresa, pero es aplicable a cualquier proyecto o momento de la vida.

Es una historia que relata que las cosas pueden cambiar cada día. Después de presentarse, el protagonista nos explica su paso por los Boinas Verdes y cómo esa experiencia le enseñó y le marcó un código de actuación muy claro "se valora muy poco lo que se tiene, hasta que se pierde (refiriéndose a la comida)" de la que se deriva una frase que yo he oído a menudo en mis siete últimos años: "cuando no se tiene nada, no hay miedo a perder nada", en relación al nacimiento de las iniciativas de negocio en Internet frente a los grandes, estancados, sobredimensionados y lentos medios de papel.

Emprendedor es una etiqueta que está de moda, que se asocia al mundo de la empresa y que lleva inherente la pasión, la lucha y el desvelo por un proyecto. Pero para mí, emprender es ser capaz de tener sueños, creer en ellos y llevarlos a cabo. Y los sueños abarcan muchos más campos que el de la empresa.
Además, ¿qué arranca más pasión, que un sueño y se vuelve más erótico, que el éxito?

Rápida y enriquecedora lectura: La Convicción en digital o en papel