lunes, 3 de junio de 2013

En el taxi

Hoy me ha llevado al aeropuerto una persona encantadora.

Como el vuelo era con objeto de un evento más relajado que los habituales, el horario iba acorde y, por lo tanto yo estaba más despierta y con más ganas de hablar de lo habitual. Y ha sido una suerte.

He salido pronto de casa, para no ir con prisas ya que, al ser más tarde el vuelo, se juntaba con la hora de entrada a los coles y los trabajos. No quería que un atasco me hiciera perder el avión, ni quería ir corriendo con el tiempo pegado al... reloj.

En los 25 minutos que ha durado el trayecto he charlado con un hombre  de tono sosegado, conversación amplia e inteligente y a un volumen perfecto (me desagradan los volúmenes altos en la conversación). Nos ha dado tiempo ha tocar muchos palos y hemos empezado por el tema más espinoso: coches y motos (yo voy siempre en moto) y hábitos de conducción. Hemos hablado de personas con carisma, de educación, de humildad, de precisión... Hemos hablado de muchas cosas y de nada, pero ha sido otro rato simpático en un taxi. 

¡Qué agradable es pararse a escuchar! ¿El truco? Vivir sin prisa ;-)

Que tengáis un gran día