Viaje al pasado
¿Qué se puede hacer un domingo de primavera con los niños? Nosotros elegimos visitar unas cuevas, cerca de Moià, las Cuevas del Toll, un yacimiento arqueológico de la preshistoria. Y allá que fuimos.
Ficha:
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Interior de una de las salas |
Zona: Moià (a 35 minutos de Barcelona en coche).
Precio: Dos adultos y tres niños: 27 Euros.
Duración de la visita: 45 minutos
Zona de Pic nic: Sí
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Salida del río |
Una actividad para disfrutar en familia, un viaje al pasado y a la aventura de los yacimientos arqueológicos. Gran parte del mérito de las buenas sensaciones que hemos tenido ha sido del guía que nos ha contado la historia con ilusión y pasión, algo caro de ver en los tiempos que corren. Se trata de unas cuevas que empezaron a ser ocupadas por los nómadas 8.000 años ac. y que eran compartidas por osos, hienas y leones prehistóricos. ¿Quién se imagina que en los bosques cercanos a Barcelona había osos que, sobre sus cuartos traseros llegaban a medir cuatro metros de alto? (cuatro metros es casi como llegar a un primer piso... poca broma).
Años más tarde, ya en el período Neolítico, los humanos se establecieron allí como hombres sedentarios. Ya sabían cultivar la tierra y se adentraron un poco más en la cueva, para almacenar la comida en vasijas construidas a tal efecto, y también para enterrar a sus muertos.
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Agujero de salida del río por el que se descubrió la cueva |
Sí, todos losabemos, pero me parece interesante poder rememorar y compartir estos conocimientos con los niños
in situ. Recordar como 4.000 años ac. la esperanza de vida no pasaba de los 25 años y que los niños alcanzaban la madurez sobre los once y doce años, edad en la que procreaban y salían a cazar el alimento. (Se me han puesto los pelos de punta ya que mi hija mayor tiene ahora 12, y en esa época sería una adulta y yo estaría terminando mi segunda vida...).
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Reproducción de las vasijas halladas |
El paso del río subterráneo ha excavado la roca durante miles años y ha convertido el lugar en un enclave mágico, de paredes que "lloran", de ruidos inexplicables -los del río- que, en su día, pudieron ser confundidos por el hablar o el rugido de los dioses.
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Recreación de un poblado del Neolítico en la entrada de la cueva |
La cueva quedó enterrada durante miles de años debido a un desplome del techo y bajo el lodo arrastrado por la presión del río. Pero un día, la casualidad -como en tantas ocasiones- hizo que una persona del pueblo, allá para 1.950, tras una temporada de sequía descubriera una entrada y tuviera los arrestos de seguirla, hasta que dio con una sala en la que se acumulaban algunas vasijas bien conservadas. Y desde entonces, un mes al año, las excavaciones en nuestro pasado continúan en las Cuevas del Toll.
Merece la pena visitarlas y luego darse un paseo por los bosques de alrededor, visitar la reproducción del poblado neolítico imaginando la fauna que poblaba la zona hace 8.000 años.
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